Tecnofilia

Parece que fue ayer (y es que fue escasos meses atrás) cuando Apple lanzó su Ipad al mercado, para unos, los fieles a la marca fue un gran dispositivo y un acierto de la marca (recordar que no tiene usb, ni cámara para video-conferencia, no soporta flash, no es multitarea, tiene un teclado virtual que ocupa media pantalla...) cuando avanzan próxima salida de su nuevo Ipad2. Otro tanto de lo mismo sucede con el Iphone 5...
Para tanto da el mercado? somos tan sumamente dependientes de los nuevos productos tecnológicos?? son este tipo de dispositivos los nuevos marcadores de status social??
Por las fechas actuales, han vendido cerca de 5 millones de Ipad en el mundo desde su lanzamiento y cerca de 14 millones de Iphone en el último trimestre fiscal (julio - septiembre) lo que ha contribuido enormemente a que la firma de la manzana a que los ingresos de la estadounidense alcanzaron los 20.340 millones de dólares, es decir, un 67% más que los datos conseguidos en el mismo trimestre del año pasado.
Parece que el negocio funciona, aunque ellos preveían unas ventas del Ipad del doble de lo obtenido.


Pero realmente que vende Apple?? exclusividad, calidad, innovación... porqué millones de consumidores están dispuestos a pagar un precio superior por un producto que tiene decenas de productos sustitutivos?

Nunca había tenido un producto de Apple entre mis manos hasta hace unas semanas, y ahora creo que comienzo a entender a sus incondicionales: Marketing emocional. Puede que los equipos de la manzana, sobre el papel (gigas, Mhz, conectividad...)  sean inferiores a otros muchos y más caros, sin embargo tiene algo de lo que los productos competidores carecen: no transmiten emoción ninguna mientras los usas. Usar un equipo de Apple transmite emociones y sensaciones. El tacto, la dimensión, los materiales utilizados, la fluidez del equipo, su diseño... apuntan todo a que la experiencia de manejar un producto Apple sea única e incomparable, pero eso tiene un precio. Y no precisamente es accesible al gran mercado.

Y pensar que hace 10 años éramos tan felices sin estos dispositivos, ¿en qué gastaríamos nuestro dinero?